La idea central de ambos dirigentes sería compartir la boleta de senadores nacionales y llevar boletas separadas de Cambiemos y el Frente Renovador para diputados.
La jugada de María Eugenia Vidal y Sergio Massa fue audaz, más allá de entregarle la presidencia de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires al massista Jorge Sarghini. La idea central de la conversación, entre ambos dirigentes, tiene como meta las elecciones legislativas de 2017.
Tanto Cambiemos como el Frente Renovador saben que el peronismo pondrá toda la carne en el asador en territorio bonaerense para ganar esas elecciones y estar mejor plantado cuando Macri termine su mandato.
La jugada política es simple. La lista de senadores será encabeza por Sergio Massa y un dirigente del PRO y llevará separados las listas de diputados nacionales y provinciales. Una jugada como la que llevó adelante Eduardo Duhalde en el año 2005 cuando su mujer Hilda “Chiche” Duhalde encabezó la lista de senadores pero iba en dos listas: la del partido Justicialista y la de Partido Unidad Federalista (PAUFE) de Luis Abelardo Patti.
Más allá que en aquella elección, Cristina Fernández de Kirchner arrasó en las elecciones como candidata a senadora, el acuerdo entre Cambiemos y el FR es más que alentador. Si a los votos del macrismo se le suman los votos del massismo, convierte a la fórmula de Massa y el PRO es casi imbatible y se aseguran ambos espacios no perder legisladores nacionales o provinciales ya que ambos iran con sus propias boletas.
Este acuerdo implicará que el peronismo bonaerense deberá trabajar mucho para presentar una fórmula competitiva. Hoy no hay una figura central, más allá que Daniel Scioli apunta a encabezar la lista de senadores por la provincia. Habrá que escuchar a Cristina y especialmente a los 54 intendentes del FpV que opinarán por su peso territorial.
Mientras tanto, el acuerdo para que Sarghini sea el presidente de la Cámara fue una jugada osada de la gobernadora que no quiso entregarle el manejo de la cámara a los sectores macristas que no integran su espacio y que están conducidos Emilio Monzó y Daniel Angelici. De allí que el vicepresidente de la Cámara será Manuel Mosca, un hombre de su riñón.
Vidal está demostrando que no llegó por ser una cara bonita y empieza a mover con firmeza las piezas del ajedrez bonaerense.