La interna del Partido Justicialista sigue al rojo vivo. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, no anduvo con rodeos y aseguró ayer que la del año pasado fue “la peor derrota electoral de la historia” del peronismo, frase que sonó a un pase de facturas para Daniel Scioli, el candidato derrotado, y para Cristina Kirchner, responsable de la estrategia del Frente para la Victoria en el proceso que terminó consagrando a Mauricio Macri presidente.

Como si esto fuera poco, Urtubey también fijó posición sobre cómo debería ser la conducción del PJ en su nuevo rol como fuerza opositora. “Tiene que ser un proceso colectivo y no una conducción personalista ni mesiánica”, sentenció el mandatario provincial.

El peronista salteño volvió a tomar distancia así del kirchnerismo más rancio, responsabilizándolo por la derrota electoral a manos de la alianza Cambiemos y marcando sus diferencias con la actitud combativa demostrada por los sectores del FPV que responden a la ex mandataria, que sigue recluida en El Calafate, Santa Cruz.

Urtubey tiene aspiraciones presidenciales que nunca ocultó y por eso se ha convertido en el dirigente peronista que más se animó a expresar sus críticas al kirchnerismo y su responsabilidad en el fracaso del intento de llevar a Scioli a la Casa Rosada y prolongar a un cuarto período consecutivo la permanencia del PJ en el poder.

Urtubey formuló estas declaraciones al término de una reunión que mantuvo ayer en el Senado con miembros del bloque del FPV (ver aparte). A su lado estaba el jefe de la bancada, Miguel Pichetto (Río Negro), otro de los dirigentes peronistas que se animaron a expresar sus críticas al proceso kirchnerista. Lo hizo al cuestionar las políticas, y su impacto en las economías regionales, impulsadas por el ex ministro Axel Kicillof desde la cartera de Hacienda. Esto le valió la réplica del diputado nacional Máximo Kirchner.

Es que tanto el gobernador salteño como el senador rionegrino expresan a un sector del PJ que pretende dar una rápida vuelta de página y alejar al PJ de la crítica dura contra el gobierno macrista que lleva adelante el denominado “cristinismo”.

La tensa pulseada entre estos dos sectores ya empezó y tendrá un nuevo capítulo la semana próxima, cuando se reúna el Consejo Nacional del PJ para empezar a definir el proceso para normalizar el partido y elegir a las nuevas autoridades que lo comandarán.( Fuente La Nación)