El oficialismo aceptó debatir el proyecto la semana próxima. Tras no dar quórum en la sesión especial, el Frente Renovador apuesta a aprobar su dictamen. El FpV insiste con el del Senado.
El futuro de la ley anti despidos en el Congreso nacional, que terminará con el veto ya anunciado del presidente Mauricio Macri, sigue el ritmo que le marcaSergio Massa, principal artífice de que el proyecto no pudiera votarse este jueves. Tras el fracaso de la oposición para reunir el quórum necesario para la sesión especial, la iniciativa será debatida el miércoles que viene en el recinto, en una reunión ordinaria. Así lo acordó el líder del Frente Renovador con el oficialismo. Ahora, en una disputa de poder entre opositores, el ex candidato presidencial presiona para que el kirchnerismo apoye su dictamen y que la ley vuelva con cambios al Senado.
“Los trabajadores van a tener una ley que los proteja”, anunció Massa el jueves, luego de que su bloque se negara a bajar al recinto para habilitar la sesión especial que había sido pedida por el kirchnerismo, el bloque Justicialista, la izquierda y Libres del Sur, entre otros espacios.
En las bancas, la oposición había logrado juntar solo 104 diputados. El Frente para la Victoria sufrió tres bajas propias: Liliana Mazure, Dulce Granados y Daniel Di Stefano, todos ausentes con aviso. Tampoco estuvieron en el recinto los puntanos Berta Arenas, Ivana Bianchi y Luis Lusquiños ni los legisladores del Frente Cívico por Santiago, a excepción de Manuel Juárez, que acompañó con su firma el dictamen de mayoría en el plenario de comisiones del miércoles.
Pero, sin dudas, la caída de la sesión se debió a la ausencia masiva de los diputados del interbloque Federal Unidos por una Nueva Argentina, que lidera Massa, cuyo único representante en el recinto fue el sindicalista Héctor Daer. Aunque el miércoles por la noche el kirchnerismo contaba con que al menos los diputados que representan el sector sindical darían quórum, salvo Daer, los demás decidieron no sentarse en sus bancas. Tampoco lo hizo la presidenta del bloque Unidos por Una Nueva Argentina, Claudia Rucci, pese a su obvia cercanía con el movimiento sindical que hasta último momento pidió la aprobación de la ley tal como llegó desde el Senado.
Tanto Facundo Moyano como el chubutense Jorge Taboada – a quien el gobernador Mario Das Neves llamó para recriminarle la firma del dictamen de mayoría del Frente para la Victoria junto a Daer – y Carla Pitiot se quedaron en el hemiciclo anterior al recinto, para ver cuántos diputados bajaban a sesionar. Lo mismo hicieron los socialistas Hermes Binner y Alicia Ciciliani, que se plegaron a la estrategia del massismo para evitar quedar pegados al Frente para la Victoria y, al ver el fracaso de la convocatoria, decidieron no dar quórum.
“No habiéndose conformado el quórum reglamentario, declaro fracasada la sesión especial”, anunció con una sonrisa el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, al ver el fracaso de la convocatoria opositora. “Lo que hubo hoy fue la convocatoria de un solo bloque. Pero tenemos que ver cómo sacamos la mejor ley”, dijo Massa tras el levantamiento de la sesión.
CÓMO SIGUE. Las negociaciones con el massismo le dieron una semana de aire al Gobierno. Massa evitó que sus diputados bajaran al recinto a votar junto con el kirchnerismo a cambio de que el oficialismo incluyera en el temario de la sesión ordinaria del próximo miércoles el debate por la ley anti despidos. El líder del Frente Renovador les mostró personalmente a sus legisladores el orden del día de la sesión del 18, que Monzó hizo imprimir con una antelación inédita.
Así, Cambiemos logrará el tratamiento de dos temas que le son favorables ante la opinión pública: acceso a la información pública y devolución de IVA en productos de la canasta básica. En tanto, el proyecto de emergencia ocupacional se deberá tratar sobre tablas, ya que para el miércoles no habrán transcurrido siete días hábiles desde que obtuvo dictamen de comisión. Para eso, se necesitan dos tercios del cuerpo, a lo que Cambiemos, en principio, dice estar dispuesto a colaborar.
Una vez que se habilite el debate, el recinto deberá tratar, primero, el dictamen de mayoría, que lideran el Frente para la Victoria y el bloque Justicialista. El kirchnerismo da por sentado que el Frente Renovador no lo apoyará. Luego se debatirá el dictamen de rechazo de Cambiemos, que tampoco prosperará. En tercer lugar, se habilitará el tratamiento del dictamen encabezado por el Frente Renovador, que incluye la prohibición por despidos retroactiva al 20 de abril e incentivos fiscales para las pymes.
Aunque el Frente Renovador insiste en que hasta el martes – cuando habrá reunión de Labor Parlamentaria- trabajará para que haya un solo dictamen por parte de toda la oposición y fuentes del kirchnerismo admitieron que esta tarde había diputados trabajando para evaluar la viabilidad del proyecto, un representante del FpV adelantó que el espacio “no va a acompañar esa iniciativa”, que considera “mala”.
“Vamos a mandar nuestro dictamen a las cinco centrales sindicales para que evalúen cuál es el mejor”, adelantó una autoridad del bloque massista, que confía en que la presión sindical torcerá la voluntad del kirchnerismo. En el mismo sentido, el FpV apuesta a que Massa pague el costo por no haber dado quórum este jueves. “Sergio dijo que, si no había consenso, iba a votar la ley como vino del Senado. Vamos a ver”, desafió un diputado kirchnerista. “El FpV todavía no se enteró de que perdió las elecciones”, respondió un massista.
En ese escenario, en caso de que el Frente Renovador logre que, a riesgo de que se caiga la ley, el kirchnerismo apoye su dictamen, el proyecto volverá con cambios al Senado, donde la mirada está puesta en el bloque peronista. Allí, la bancada del Frente para la Victoria-PJ, que conduce Miguel Ángel Pichetto, puede optar por ratificar los cambios de Diputados y sancionar la ley o bien insistir en la redacción original. Para que triunfe esta última postura, en función de lo ordenado por el artículo 81 de la Constitución, el Senado deberá sancionar la ley con la misma mayoría por la cual haya sido aprobada en Diputados.
Aunque las dos alternativas desembocarán en el veto anunciado del Presidente, la ley anti despidos dejará la marca de la nueva dinámica del Congreso. El massismo le habrá marcado la cancha tanto al kirchnerismo como al Gobierno nacional, erigiéndose en actor imprescindible para los dos sectores, aunque se habrá ganado el disgusto del peronismo representado en los gobernadores, cuyos representantes avalaron el proyecto del Senado. Desde el Frente Renovador aseguran que, pese a las exigencias públicas, el triunfo de Massa también habrá contado con el apoyo del sindicalismo, que envía señales de rechazo al Frente para la Victoria y, más precisamente, a Cristina Fernández de Kirchner. (Fuente letrap.com)