Pibelandia, la cadena de juegos electrónicos para niños menores de 12 años que nació hace 53 años en Miramar, desembarca en Rosario con un local de más de 250 metros cuadrados ubicado sobre la peatonal San Martín al 900. Con la inauguración prevista en estos días, la llegada a la ciudad se dio en el marco de un plan de expansión que encaró la tercera generación al mando de la empresa y que, desde 2012, ya anotó siete locales en diferentes provincias del país.

La ubicación elegida en Rosario no es casual sino que responde a una estrategia de instalarse con locales a la calle en arterias con alto tránsito de gente y no dentro de los shoppings, en lugares cercanos a casas de comida rápida y de cines, algo que en la ciudad pudieron cumplir.

Si bien en un principio pensaron en peatonal Córdoba como alternativa, no aparecía el local adecuado y a esto se sumó que al conocer más plaza notaron que el público de San Martín respondía a la perfección con el perfil “popular” que tiene el negocio fundado en 1963 por un inmigrante español y que hoy gerencian Antonio y Manuel Font, la tercera generación de la familia.

“El negocio lo arrancó mi abuelo y el primer local fue el de Miramar en diciembre de 1963. El era un inmigrante español mecánico y a través de la construcción de juegos derivó en el rubro. Durante muchos años la de Miramar fue la única sucursal y mi papá Walter fue el inventor del formato. Con mi hermano somos la tercera generación, una camada de profesionales, con lo cual lo que hicimos replicar el modelo y llevarlo a distintas ciudades para intentar hacer de esto una cadena”, contó Antonio en diálogo con punto biz.

“En este proceso tuvimos un primer local en 2002 en La Plata. Recién arrancamos fuerte, a un ritmo de un local por año a partir del 2012. El de Rosario es el séptimo que abrimos en el marco de esa estrategia en la que perseguimos llegar a ciudades de mediano tamaño para arriba como Mendoza o Tucumán”, agregó antes de sumar que de Rosario les sorprendió “el valor accesible de los alquileres”.

La inversión para el desembarco en la ciudad fue de $1,5 M sólo para reacondicionar el local en el que trabajarán siete personas en temporada baja y 10 en alta. Allí los clientes se encontrarán con 40 juegos segmentados en tres atracciones diferentes: los de tipo kermesse, los electromecánicos para los más chiquitos, y las clásicas máquinas para sacar peluches o pelotas.

“Nos distinguimos por hacer un producto infantil, no hay adolescentes ni videojuegos. Nuestro slogan es Para jugar en familia, y de ahí se desprende lo que buscamos, que es que el papá o el tío pasen un momento divertido con su hijo o sobrino. Apuntamos a generar buenos momentos en familia”, completó.

Fuente: punto biz