En la década de mil novecientos treinta los clubes agrarios comenzaron a cobrar gran importancia. En marzo de ese año la Federación Agraria Argentina creó los clubes “Juventud Agraria”, algunos de los cuales, con esa u otras denominaciones, han subsistido hasta el presente. En 1936 se constituyó la Central Clubs Juventud Agraria Argentina, cuyo estatuto en su artículo 2º establecía las siguientes finalidades: “[…] propender por todos los medios a la elevación moral de la juventud campesina, realizar todo cuanto contribuya a proporcionar a los jóvenes agrarios conocimientos técnicos para el cultivo de la tierra, la crianza del ganado y la elaboración de materia prima, organizar bibliotecas y concursos literarios, de declamación y cualquier otro de índole cultural, hacer cuanto sea posible para proporcionar instrucción y cultura a las mujeres del campo, a fin de que tengan amplia capacidad para dirigir un hogar, con eficiencia y dignidad”. En General Alvarado también los hubo.

La siguiente conversación tuvo lugar en el Museo de la Vida Rural de General Alvarado el 18 de marzo de 2007 y fue publicada en mi libro “Entre pueblo y campo: historias de vida en una comunidad rural del sudeste bonaerense”, tomo 1 (2009). Participan Don Antonio González (nacido en “Los cuatro montes” en 1916) y José “Pepe” Alberola (nacido en “el Volcán” en 1917), quienes integraron el Club Juventud Agraria General Alvear, creado en los años treinta en la colonia de chacareros arrendatarios de Santa Irene, en la zona del “Triángulo”, cerquita de Dionisia (ciudad de Cte. N. Otamendi).

Antonio González: “En campos de Santa Irene.

José Alberola: en el [año] treinta y siete. […] Entre los dos hicimos el edificio, una casilla.

AG: ¡un galpón!

JA: ¡una biblioteca y todo!

FB: ¿ese era el Club Alvear?.

AG: Sí. Club Juventud Agraria General Alvear […].

JA: esa casilla después la compró Gabriel [Justel], era la casa que tenía Gabriel en el campo.

AG: el marido de Encarnación [Alberola], era el presidente. Cuando se desarmó el club él era presidente. Lo que hacía la Agraria, que tenía la central en Rosario, cuando se desarmaban los club o seccionales, como le llamaban, iba a parar todo otra vez […] me acuerdo que la biblioteca la llevaron para la central. […].

AG: ¿viste dónde está el INTA [de Otamendi]?, ahí se formó el club, había una seccional […] de la Federación Agraria. Al lado de los viejos, que eran viejos de treinta y tantos años, al lado de los viejos hicimos eso, y la biblioteca se inauguró acá.

FB: ¿pero que edad tendrían ustedes más o menos?

AG: yo tendría dieciocho.

JA: dieciocho, el año que empezaste a andar de novio! […] Los domingos rumbeabas para aquel lado [risas]. Estos Espinosa estaban del otro lado del Triángulo, ahí. [Año] treinta y seis.

AG: treinta y cinco debía ser. […].

FB: ¿y por qué se disuelve el club?.

AG: porque se disolvió la colonia, en ese tiempo ahí había como setenta, ochenta o noventa familias “.

*Museo de la Vida Rural de General Alvarado