Hace tres años debutó con su proyecto gastronómico Adorado y ahora busca llevar su propuesta al mercado español.

Paulo Barberis trabajaba como gerente general en una empresa hasta que, en diciembre de 2012, pateó el tablero y se decidió a emprender en gastronomía desde abajo. Para esto, se inscribió en un curso de administración e incluso intentó que lo contrataran como mozo, sin éxito.

De ese deseo y con esa capacitación nació en 2014 Adorado, un local de brunch palermitano con una decoración cálida y un plato estrella, el avocado toast (tostada con palta), que luego se replicó en otras cuatro sucursales. Los próximos pasos: crecer en el interior de la Argentina y abrir un local en el barrio Lavapiés, de Madrid.

“Estudié comercio exterior y trabajé en una empresa por 11 años, pero tenía una inquietud por el rubro gastronómico, y con Mauro Coringrato, un amigo dermatólogo que también estaba interesado, nos hicimos socios. El primer local fue el de la calle Nicaragua, que se abrió el 1º de abril de 2014. Es un local chico que funcionó muy bien”, explicó.

Al primer local se sumó en enero de 2015 uno en Mar del Plata, idea de unos primos de Barberis. “En Mar del Plata tuvo una muy buena recepción porque no había nada con el concepto «Palermo». Después conocí gente del rubro que me dijo que creía que allá no iba a funcionar algo así y, de hecho, en octubre de 2015 inauguramos una segunda sucursal y en el verano de 2016 agrandamos el primero para poner un take away“.

En tanto, en la Capital Federal, el local de Nicaragua quedó chico y, en octubre de 2015, abrieron otro a pocas cuadras, y en enero de 2017 llegó el turno de San Telmo.

“La franquicia de San Telmo es de una amiga mía y el local de Nicaragua se lo vendí a otra amiga que es gastronómica. Sólo a ella se lo hubiera vendido. Todas las franquicias son con gente conocida. Si logramos la expansión en el interior, la idea es encontrar los socios correctos con las mismas condiciones. El desafío es la franquicia sui generis, que cada local elabore lo propio y no que haya comida industrializada. De esta forma, el que compra la franquicia tiene más ganancia, además de que para tener todo industrializado necesitás montar una red logística que no tenemos”.

Expansión

La inversión inicial en el local de Nicaragua fue de US$ 20.000 y la facturación estimada para el de Honduras este año es de $ 2 millones. Comenzaron con cuatro personas y ahora el total de las sucursales emplea a 50.

Sin embargo, Barberis ya no sólo piensa en la Argentina. “Con mi pareja solíamos ir seguido a Madrid y vi lugares parecidos que funcionan bien. La idea es poner el local en el barrio Lavapiés, que empieza a despegar. Es lo que ellos llaman un barrio cutre, tipo Once, en el que viven muchos jóvenes e inmigrantes porque los pisos son baratos. El flujo es grande, pero sería empezar desde abajo. Trataríamos de adaptar la carta para que tenga que ver con su idiosincrasia”. asegura. (Fuente lanacion.com)

Profesión: licenciado en Comercio Exterior

Empresa: Adorado

Edad: 43 años

Con Mauro Conigrato, en 2014 inauguró el primer local de Adorado en Palermo y hoy ya suman cinco sucursales.