Cuando hablamos de dualidades, el ser humano es el mejor sujeto de pruebas para exponerlas todas.

Como dos caras de una misma moneda, tenemos la habilidad de convertirnos en el opuesto exacto de lo que en verdad queremos; y a veces sin darnos cuenta.

Una de esas dualidades más evidentes es la felicidad y la infelicidad.

Esa persona que ante todos ríe pero que, en la fortaleza de la privacidad mirándose al espejo, realmente es incapaz de sonreír, pues está colmada de tristeza. De infelicidad.

Anteriormente, en este artículo sobre la felicidad oculta, explorábamos un poco ese hecho de encontrar la felicidad o de descubrir la felicidad.

Pero, ¿qué nos sucede realmente cuando somos infelices?

¿Acaso somos infelices porque es lo que queremos, acaso una persona infeliz buscó ser infeliz? Con este relato, queremos abordar este tema en aras de ayudar a todos aquellos que, sin saber por qué, hoy se sienten infelices.

La Infelicidad no se Busca, se Permite

De entrada, aclaremos este punto. No eres infeliz porque te lo hayas buscado o porque quieras serlo, eres infeliz porque le permitiste a la infelicidad dictar demasiado en tus decisiones de vida.

Y puede sonar bastante fuerte, pero esa es la realidad.

Contrario a la depresión, que es un mal funcionamiento químico de nuestro cerebro y la forma en la que secreta ciertas sustancias.

La infelicidad se apodera de nosotros cuando nos volvemos demasiados permisivos con nuestro propio ego.

Y puede que te suene extraño ese término, pero es algo que todos tenemos y desarrollamos como especie al evolucionar.

Se trata de esa voz que, como un comentarista, va narrando los hechos y decisiones que tomamos en nuestra vida.

Subiste de peso. Lo estás haciendo bien, pero podría ser mejor. No tienes dinero. Ese grupo no te quiere.

Esta voz, la mayoría de las veces crítica, intenta reflejar una realidad que, si le permitimos nos domine, entonces nos mantendrá en un estado constante de infelicidad.

Porque la realidad que refleja el ego no es la realidad verdadera, sino una totalmente disfuncional en relación con ese momento presente, ese ahora que estás viviendo

¿Y por qué el ego nos quiere hacer sentir incompletos? Simple, porque la paz es el final del ego.

Por ello, el ego, a través de ciertos mecanismos como el miedo y la culpa, intenta perpetuarse en nosotros a través de nuestras propias decisiones.

Siendo que estas decisiones son generalmente aquellas que involucran rechazar o desechar voluntariamente actividades o momentos que nos hacen sentir en paz.

El ego es una voz fuerte, después de todo ¿cómo alguien más puede convencernos de que algo es realmente valioso si nosotros mismos ya lo hemos desechado deliberadamente?

De allí que, la infelicidad no es algo que se aprenda ni se busque, es algo que se permite. Y se permite en el momento que le permitimos a nuestro ego actuar como si ese fuésemos realmente nosotros.

¿Cómo combatir al ego y derrotarlo?

Para combatir al ego y finalmente derrotarlo con el objetivo de alcanzar la paz, debes comenzar a restarle poder, de esa forma las cosas que te causan infelicidad ya no serán bienvenidas.

Lo primero es aprender a no ofenderte. Tu ego siempre está buscando cualquier ocasión para ofenderte, para convencerte de que el mundo no debería ser como es porque está desasociado de su realidad.

Sentirte ofendido crea la misma energía que te ofendió, llevando las cosas al ataque, al contraataque e inevitablemente a la guerra.

Como ejercicio, la próxima vez que veas algo en las redes sociales que normalmente te ofende, en lugar de atacar ese comentario, acéptalo como parte de la realidad, no lo tomes personal, y sigue con tu vida.

Libérate de la necesidad de ganar.

Al ego le encanta dividir a las personas entre ganadores y perdedores, por ello intenta que te empeñes en ganar, de esa forma evita que entres en contacto con la verdadera intención.

Es imposible ganar todo el tiempo, y tú no eres tus victorias.

Como ejercicio, intenta divertirte jugando algún juego de azar, solo o con amigos.

El método digital actualmente es bastante popular, aquí tienes una Guía de Casinos en Argentina 2020, participa en algunos juegos y ten en mente siempre que la meta es divertirte.

Si ganas, te habrás divertido, y aun si pierdes, también puede ser divertido, la clave está en reconocer la línea entre divertirte y competir contra tu propio ego que siempre intenta ganar.

Libérate de la necesidad de tener fama. Esta fama o reconocimiento no forma parte de ti, la fama está localizada en la mente de las demás personas.

Todas las personas te perciben diferente, por lo que, si preguntas a 50 allegados acerca de cómo te reconocen, tendrás 50 percepciones de fama distintas.

Así que, no te empeñes en actuar de forma que complazcas la manera en que te percibirán los demás.

Escucha a tu corazón y haz aquello que te dicte que viniste a hacer a este mundo.

Cuando reconoces tus talentos y das con tu vocación, habrás hallado la verdadera realización, la verdadera felicidad.