En el medio de una pandemia que paralizó al deporte y a todas las actividades en general, el popular equipo del barrio Carocito de la ciudad de Miramar, Once Unidos, se puso como meta cumplir el sueño de la cancha propia, y para ir caminando a esa realidad, es que desde dirigentes, socios y simpatizantes se pusieron a trabajar sin pausa, y hoy se puede ver el gran avance de la cancha en 53 y 16.
Once Unidos, un equipo que nació, en el barrio Carocito, de la mano de Bonifacio Mejías, en la década de los “60. Todos aquellos que superan la línea de los 50 años, han oído hablar de la cancha de El Descanso, en donde Once Unidos empezó en el futbol barrial a escribir su rica historia.
Nombres propios como el de Julio “Petiso” Mejías, los Hermanos Párraga (Petti, Chocho, el Flaco), el “Zurdo Martínez, Daniel Gomez, entre otros jugadores históricos que marcaron toda una época en el fútbol de Gral. Alvarado.
Once Unidos siguió creciendo como institución y como equipo de fútbol, terciando como uno de los grandes de la liga de Fútbol Oficial. Para lograr este reconocimiento, sin dudas fueron esos palmares de los ´80, que lograron de la mano de otra camada de grandes jugadores como los Bianco, “Caferata” Cepeda, “Pantera” Bravo, los Ponce, el Gran “Pinino” Mejías, y tantos otros nombres que han hecho y siguen construyendo la rica historia de este club, sé que es injusto dejar algunos sin nombrar sin embargo en la memoria de todos los que nos gusta el fútbol, recordamos en nuestras charlas a cada uno de ellos.
Hoy, Once Unidos, esta dando nuevos pasos para seguir creciendo, lo hace de la mano de Rosana “Achi” Gómez, su presidenta, junto a la comisión directiva que la acompaña, con el objetivo de la cancha propia se haga cada vez más real. Ya falta cada vez menos para ver al “Once” en pisar el verde césped de su cancha, al calor de los gritos de su gran hinchada, y seguramente, desde cada lugar que estén, los fundadores y hacedores de Once Unidos, esgrimirán una sonrisa con la confianza de saber que los siguieron, entendieron el legado, que no era otro que hacer cada vez más grande a Once Unidos de Miramar.

