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Joan Manuel Serrat cumple 80 años y “lo que no tiene es remedio”


Joan Manuel Serrat cumple 80 años y “lo que no tiene es remedio”

Apenas hace un año, el más argentino de los trovadores españoles nos dejó una calle con su nombre en Rosario y se despidió. Ya tiene un cajón repleto de canciones nuevas y una vida de recuerdos que buscan hacerse oír. Lo que vendrá. Serrat Tocó dos veces en la ciudad de Miramar. (Opus 1972) (Estadio Municipal 1984).

No es sencillo haber sido el trovador más popular del mundo de habla hispana despertando suspiros a ambos lados del Atlántico, cumplir 80 años con hidalguía y ganarle la batalla al tiempo. Sin embargo, Joan Manuel Serrat lo ha logrado. El 27 de diciembre del 2023 cumple años y su fama profesional y personal siguen intactas.

Con 58 años de carrera, 35 premios de envergadura, 300 canciones y 30 discos de larga duración, vendidos por “el simple vicio de cantar” como “hijo dilecto de Orihuela” y “con Pablo Neruda en el corazón”, nadie osaría decirle al “Nano” que sólo le faltaría plantar un árbol.

Enorme carrera para un nativo de Barcelona, hijo de un albañil anarquista tanguero y de un ama de casa que lo crio entre las coplas de su Zaragoza natal. 

Aficionado a la guitarra, Joan Manuel Serrat Teresa empezó a componer y cantar sus “canciones de protesta” al ritmo del barrio en el que por pasar, pasó la Guerra Civil y le dejó las potentes aguafuertes catalanas que plasmó en sus primeros pentagramas: La CarmetaLa tieta, El drapaire.

En esa postal de dignidad en medio de las privaciones de su barrio, Pueblo Seco, se inscribió en un curso de tornero fresador en la Universidad de Tarragona, a la par que comenzó a cantar en breves apariciones en Radio Barcelona. Era 1965 y con flamante título de perito agrícola bajo el brazo, se presentó en el programa Radioscope de Salvador Escamilla y todo dio un giro inesperado. Por primera vez, le pagaron por cantar en catalán. 

Fue el mismo Escamilla quien le ofreció sucesivamente todo lo que siguió: la primera oportunidad de presentarse en público, un contrato, grabar un disco (La guitarra) y presentarlo en el centro cultural L’Avenç de Esplugas, en Llobregat. 

En 1967 dio su primer recital en el Palau de la Música. Tenía 23 años y ya era un referente del grupo Els Setze Jutges, compuesto por 16 artistas que, en pleno autoritarismo franquista, defendían las expresiones culturales en catalán. 

Joan Manuel Serrat cumple 80 años

Con los ecos del Mayo francés y la Primavera de Praga, la causa catalana cobraba bríos. Serrat, que hasta entonces sólo había editado discos en catalán, aparecía hablando la lengua del Quijote en varias películas (Palabras de Amor, 1968; La larga agonía de los peces fuera del agua, 1969; Mi profesora particular, 1972), algo que varios pares consideraron una traición para la causa separatista. 

Por toda respuesta, el larguirucho mediterráneo, una de las puntas de lanza de lo que se dio en llamar la Nova Cançó de Catalunia aclaró que el castellano también era su lengua materna, ya que su madre provenía de la comunidad de Aragón. Y desde entonces -y por cuestiones de mercado-. El noi del Poble-sec (el joven de Pueblo Seco) siguió siendo bilingüe por siempre.

Nada parecía detenerse y apenas un año más tarde, difundió sus primeras canciones en español, que La paloma recopiló en 1968. Ese mismo año, representaría a España en el Festival Eurovisión y, en una maniobra poco clara (nunca se supo si fue estrategia de marketing antifranquista, queja de sus colegas catalanes, oposición de Edigsa, su sello discográfico catalán; o la decisión personal de cantar un tema suyo –La la la– en su lengua paterna) dijo que sólo representaría a su país si podía cantar en catalán) finalmente se negó a cantar exclusivamente en español y no se presentó. Un escándalo que en España se vivió poco menos que como el de Bob Dylan rechazando el Nobel.

En 1969 y con Penélope entonada en catalán, Serrat ganó el premio a mejor letra, música e interpretación en el IV Festival Internacional da Canção Popular de Río de Janeiro. Inmediatamente, Chile lo recibió en el Teatro Municipal de Santiago y la televisión argentina le dedicó los sábados, en transmisión blanco y negro. Primero en Sábados de la bondad, conducido por Héctor Coire en canal 9 y luego con Nicolás “Pipo” Mancera, el conductor multifacético de entonces, que presagió las puertas de una revelación y lo plantó frente a sus cámaras de canal 11, cuantas veces pudo. 

Desde la primera entrevista de Hugo Guerrero Marthineitz, una presentación junto a Aníbal Troilo en Caño 14, las giras de carnaval, las temporadas en Mar del Plata y las tapas en Gente, Siete Días y Radiolandia todo pasó muy rápido. Argentina hervía. Su tema La montonera (1973) terminó de confirmar, como mínimo, su amor por el país. 

Joan Manuel Serrat no tiene remedio

“Por el 71 o 72 se hacían cinco o seis clubes por noche. Ibas de Luján a Berisso, y de Comunicaciones a San Lorenzo” contaba Joan Manuel Serrat el año pasado, en Buenos Aires. Fueron años tan excitantes como peligrosos; tuvo que suspender alguna función cuando hubo amenaza de bomba en un teatro y, para pasar desapercibido, pocos saben que Serrat se hospedaba en la casa familiar de su representante de entonces, Alfredo Capalbo, en la esquina de Mitre y Av. Alberdi, en Quilmes.

En 1969 y con Penélope entonada en catalán, Serrat ganó el premio a mejor letra, música e interpretación en el IV Festival Internacional da Canção Popular de Río de Janeiro. Inmediatamente, Chile lo recibió en el Teatro Municipal de Santiago y la televisión argentina le dedicó los sábados, en transmisión blanco y negro. Primero en Sábados de la bondad, conducido por Héctor Coire en canal 9 y luego con Nicolás “Pipo” Mancera, el conductor multifacético de entonces, que presagió las puertas de una revelación y lo plantó frente a sus cámaras de canal 11, cuantas veces pudo. 

Desde la primera entrevista de Hugo Guerrero Marthineitz, una presentación junto a Aníbal Troilo en Caño 14, las giras de carnaval, las temporadas en Mar del Plata y las tapas en Gente, Siete Días y Radiolandia todo pasó muy rápido. Argentina hervía. Su tema La montonera (1973) terminó de confirmar, como mínimo, su amor por el país. 

El autor no ahorraba críticas al régimen hasta que la espada que todos esperaban cayó sobre su cabeza. De gira por México, le llegaron noticias de que Francisco Franco había prohibido la difusión de todas sus obras.

“Mientras mis discos se quemaban en la calle como en un auto de fe resucitado, México me abrió las puertas de su casa y de su corazón y me invitó a pasar. Igual que lo había hecho 36 años antes con miles de mis compatriotas, me ofreció su asilo y me hizo sentir desde entonces como un mexicano más. (…) Sólo la olla sabe cómo hierve la sopa”, diría al recordar su exilio mexicano mucho tiempo después. En aquellos años lanzó Para piel de Manzana (1975).(Fuente perfil.com)

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