Sebastián Ianantuony, intendente de General Alvarado, critica el espectáculo político y llama a centrarse en el trabajo concreto para resolver los problemas de la gente.
Sebastián Ianantuony, intendente de General Alvarado, lanzó duras críticas hacia la clase política al instar a dejar de lado el “vedetismo” y enfocarse en el trabajo concreto para resolver los problemas de la gente.
“Hoy estamos atravesados por el chismerío; hay dos tipos de política, la de las plumas y la del overol, y la gente está necesitando más overol que plumas”, afirmó el intendente, en un claro llamado a dejar la política del espectáculo.
El espectáculo político y la pérdida de confianza de la gente
Para Ianantuony, “hoy en día hay mucha discusión inerte, totalmente innecesaria, y mucha cuestión de lo personal muy baja, de mucha falta de código”. Considera que este tipo de política “es un recurso para distraer y desviar la atención de las terribles cosas que están sucediendo”, generando un espectáculo que “le hace muy mal a la política” y ha contribuido a minar la confianza de la ciudadanía.
La responsabilidad de los políticos y la necesidad de renovación
Ianantuony afirmó que “los políticos de hoy tenemos la obligación de renovar la confianza en las instituciones y en la política, de que las cosas se resuelven colectivamente”. Criticó la idea de que “la ambición particular de cada quien ordena a las comunidades”, sosteniendo que esa mentalidad ha dado al mercado “una mayor preponderancia”, pero insiste en que “esa no es la salida”.
El llamado a la acción de Ianantuony: más trabajo y menos espectáculo
El intendente subrayó que “estamos probando una idea que no funcionó en ningún lugar del mundo, y por alguna razón los argentinos pensamos que iba a funcionar acá”. Según Ianantuony, “lo individual no es la salida, y la salida es lo colectivo”. Afirmó que reconstruir la confianza en la política llevará tiempo y requerirá “una renovación generacional” tanto en la política como en las instituciones.
Concluyó con un llamado a la acción: “Es necesario que los que tenemos lugares de responsabilidad nos arremanguemos y salgamos a trabajar seriamente para que esto empiece a revertirse. Porque si no hay confianza en las cosas que se hacen, por más que estén muy pensadas y planificadas, y que tengan efecto positivo sobre la sociedad, si la gente no percibe que es así, es posible que ninguna política pública prospere”.