*Por Pablo Menéndez.- La política argentina parece estar en una búsqueda constante de alternativas a la polarización. En este contexto, la combinación de figuras como Horacio Rodríguez Larreta, Emilio Monzó y Facundo Manes dentro de Juntos por el Cambio podría interpretarse como un intento de ofrecer una opción de “centrismo” que busque apelar a aquellos votantes cansados de los extremos. Pero, ¿es posible construir un centro sólido en un país donde la polarización ha sido históricamente dominante?.
Horacio Rodríguez Larreta, exjefe de gobierno porteño, ha cultivado una imagen de gestión eficiente y dialogante. En contraste con los sectores más duros de su propio partido, su enfoque de consenso y previsibilidad lo aproxima a una versión moderada de Juntos por el Cambio. Emilio Monzó, por su parte, es un experimentado político que siempre ha apostado por el diálogo y la construcción de acuerdos transversales. Durante su rol como presidente de la Cámara de Diputados en el gobierno de Mauricio Macri, Monzó fue un impulsor clave de una agenda que integrara a diferentes sectores. Finalmente, Facundo Manes, médico neurocientífico y diputado de la UCR, ha traído a la política una perspectiva renovadora que prioriza la educación, la salud y el desarrollo científico, abogando también por una política de diálogo y moderación.
Estos tres líderes, con trayectorias y contextos distintos, comparten una serie de valores y principios que los posicionan como una alternativa de centro dentro de Juntos por el Cambio. No obstante, el desafío para consolidar este espacio es enorme. En Argentina, el centrismo suele diluirse o volverse ambiguo, y muchas veces pierde visibilidad frente a discursos más radicales que logran movilizar votos y pasiones con mayor facilidad. En un escenario donde el peronismo y el kirchnerismo ocupan un espectro ideológico amplio, el espacio para un centro diferenciado es escaso y difícil de sostener.
Construir un centro político en Argentina implica enfrentar la tentación de recurrir a la polarización para captar la atención del electorado. Este espacio centrista debería construir un discurso propio, uno que no solo haga eco de los deseos de moderación y estabilidad de algunos sectores, sino que también proponga soluciones concretas a los problemas estructurales del país. La pregunta es si Rodríguez Larreta, Monzó y Manes serán capaces de consolidar esta alternativa y convencer a un electorado que, hasta ahora, parece inclinarse hacia posturas extremas.
La clave para ellos radica en lograr una coherencia y una independencia política que permita a los votantes confiar en su propuesta sin que esta quede diluida en concesiones a los extremos. Solo el tiempo dirá si la moderación y el diálogo tienen espacio en el panorama político argentino actual o si, una vez más, serán las posturas polarizadas las que definirán el futuro del país.
*Director elrecado7607.com