El mundo amaneció hoy con una noticia que estremece los corazones de millones de fieles: falleció el Papa Francisco, el primer pontífice argentino y latinoamericano de la historia. Su partida marca el final de una era en la Iglesia Católica, caracterizada por la cercanía, la humildad y el mensaje de amor hacia los más pobres.
Jorge Mario Bergoglio, nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013, y desde ese día transformó la manera de habitar el Vaticano y de comunicar la fe. Cercano, sencillo, firme en sus convicciones pero siempre dispuesto al diálogo, Francisco llevó adelante una misión pastoral basada en la misericordia, la justicia social y el cuidado del planeta.
Su lema, “Miserando atque eligendo” (“Lo miró con misericordia y lo eligió”), sintetizó una vida de entrega a los demás. Desde sus gestos simples, como pagar personalmente su cuenta en el hotel tras ser electo, hasta sus decisiones profundas como reformar estructuras vaticanas, pedir perdón por los abusos cometidos dentro de la Iglesia o impulsar el sínodo de la sinodalidad, Francisco fue un Papa de gestos concretos.
En Argentina, su tierra natal, la noticia generó una profunda conmoción. Líderes políticos, religiosos y sociales expresaron su pesar y destacaron su legado de paz y fraternidad. En su Buenos Aires natal, las iglesias comenzaron a abrir sus puertas para la oración, y en Roma, miles de personas se acercan a la Plaza de San Pedro para despedirlo en silencio y recogimiento.
La noticia fue confirmada por el portavoz del Vaticano, quien informó que el Santo Padre falleció rodeado de sus colaboradores más cercanos. En las próximas horas se darán a conocer los detalles de los funerales, que se espera convoquen a líderes del mundo entero.
Más allá de los protocolos, queda el testimonio de un hombre que eligió el nombre de Francisco en honor al santo de Asís, y vivió fiel a ese espíritu: humilde, comprometido, hermano universal. Su voz quedará en la historia como la de un pastor que supo hablarle al mundo con palabras simples, pero llenas de fuerza y esperanza.