Tras la muerte del papa Francisco ocurrida el pasado 21 de abril, el mundo católico acaba de vivir un nuevo capítulo histórico. Luego de cuatro rondas de votación, los 133 cardenales reunidos en Cónclave eligieron al nuevo Sumo Pontífice: el cardenal Robert Francis Prevost, quien ha tomado el nombre de León XIV.
Originario de Chicago, Estados Unidos, el nuevo Papa se convierte en el primer pontífice norteamericano de la historia. La elección fue confirmada este jueves por la tradicional fumata blanca que se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina y las campanas de San Pedro que repicaron con fuerza, anunciando al mundo el inicio de un nuevo pontificado.
¿Quién es León XIV?
Robert Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago. Perteneciente a la orden de San Agustín, fue misionero en Perú durante muchos años, donde se destacó por su trabajo pastoral y su cercanía con las comunidades más vulnerables.
Su trayectoria en América Latina lo convirtió en un puente natural entre la Iglesia del norte y la del sur del continente. En 2014 fue nombrado obispo de Chiclayo, en Perú, y en 2023 el papa Francisco lo designó prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las tareas más influyentes dentro de la Curia Romana.
Hombre de perfil sobrio, profundo conocedor de la Iglesia global y defensor de una renovación pastoral inspirada en el espíritu del Concilio Vaticano II, el nuevo papa León XIV es considerado un continuador de las reformas de Francisco, aunque con un estilo más reservado y académico.
Su elección del nombre
Al elegir el nombre León XIV, Prevost hace referencia a una tradición papal de firmeza doctrinal y liderazgo espiritual. El último pontífice con ese nombre fue León XIII (1878-1903), recordado por su encíclica Rerum Novarum, que marcó el inicio de la Doctrina Social de la Iglesia. No es casual: todo indica que León XIV buscará reforzar el rol de la Iglesia en los grandes temas sociales del siglo XXI, desde la pobreza y la migración hasta el cambio climático y la paz global.
Un momento histórico
Miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro celebraron con emoción la elección del nuevo Papa, en un clima de esperanza y expectativa. A partir de hoy, la Iglesia católica inicia una nueva etapa bajo el liderazgo de un hombre que ha vivido y trabajado entre culturas diversas, con la mirada puesta en un mundo cambiante y necesitado de guía espiritual.