Exactamente dos años después del hallazgo de los restos óseos de Iara Nardelli en un descampado del barrio Virgen de Luján, su familia volvió a movilizarse frente a los Tribunales de Mar del Plata. Reclaman que la Justicia reabra la investigación y que el caso, archivado dos veces por “falta de pruebas”, tenga un cierre real.
Mariela Quintanilla, madre de la adolescente de 16 años, volvió a apuntar directamente contra la fiscal Florencia Salas, quien en diciembre del año pasado decidió archivar la causa por segunda vez. “La fiscal dice que mi hija se suicidó y se la comieron los perros. Pero no hay pruebas. No se puede comprobar si fue un suicidio o si hubo intervención de un tercero”, sostuvo.
Los restos hallados en la zona de Brandsen al 10.000, según remarcó la mujer, “son muy pocos” para sacar una conclusión contundente. “No se puede afirmar nada con lo que encontraron”, dijo.
Además, Mariela cuestionó duramente el rol de Aldeas Infantiles, el hogar donde Iara estaba institucionalizada al momento de su desaparición. “Se lavaron las manos. Nunca me entregaron las pertenencias de mi hija. Las prendieron fuego y las regalaron”, denunció.
La madre insiste en que su hija fue víctima de una maniobra: “Era una nena sumisa e inocente. A Iara se la llevaron engañada”, afirmó. Según explicó, un estudio histopatológico reveló presencia de cocaína en el cerebro de la adolescente, aunque ella rechaza la posibilidad de que hubiera consumido drogas voluntariamente. “Ella no consumía, se la deben haber dado”, concluyó.
La familia Nardelli pide justicia y visibilidad. No quieren que el caso quede en el olvido. Quieren respuestas.
