El acusado fue condenado tras un juicio realizado en el TOC N° 3 de Mar del Plata a más de dos años del femicidio.
Un hombre de 40 años fue condenado este jueves a prisión perpetua por haber matado a su expareja, una mujer de 27 años, en un campo de Miramar en abril de 2023. “El crimen fue el corolario de una situación de violencia de género sostenida en el tiempo con patrones de violencia física, psíquica, sexual y económica”, concluyeron los jueces.
La sentencia por el femicidio de Rosario Domínguez se dio a conocer este jueves en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 donde la semana pasada se llevó a cabo el juicio. En el debate, la discusión no se centró en el hecho en sí ni en la autoría a cargo del acusado sino en cuestiones planteadas por la defensa como la existencia de una disminución en la capacidad del hombre para comprender sus actos.
La audiencia en la que se dio a conocer la sentencia se llevó a cabo en el sexto piso de Tribunales, y fue el juez Wacker -quien encabezó la votación en la sentencia- el encargado de explicarle a la familia de la víctima y al acusado los alcances de la resolución y algunos de los argumentos.
Concretamente, el juez remarcó que en el juicio se debatieron aspectos más bien técnicos y jurídicos teniendo en cuenta que la defensora oficial Carla Auad no discutió la materialidad ni la autoría del hecho sino que postuló el pedido de que se lo condenara bajo una calificación alternativa en la que se incorporaran circunstancias extraordinarias de atenuación, que no implica una pena a perpetua, al plantear que dados ciertos padecimientos de salud el hombre presentaba disminuida su capacidad de entendimiento al momento del crimen.
“La capacidad de compresión era categórica”, afirmó el juez Wacker al explicar la conclusión arribada y sumó que en el fallo, en paralelo, rechazaron otro planteo de la defensa de inconstitucionalidad de aplicar una pena a prisión perpetua.
“Ha quedado demostrado que no estamos frente a un homicidio cometido en el marco de un arrebato, de un accionar súbito, impulsivo. Muy por el contrario, la muerte dolosamente causada a la víctima por el acusado fue el corolario de una situación de violencia de género, sostenida en el tiempo, con patrones de violencia física, psíquica, sexual y económica que le generaron un sufrimiento sistemático y prolongado”, concluyó el juez en la sentencia.