El Sumo Pontífice habló desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. En su discurso, condenó los atentados y pidió por Venezuela
El Papa Francisco emitió su tradicional mensaje por el Domingo de Resurrección desde el balcón central de la Basílica de San Pedro para la comunidad católica de todo el mundo. En su discurso, el Sumo Pontífice apuntó contra los atentados terroristas, que en los últimos meses azotaron a Bélgica, Turquía, Nigeria, Chad, Camerún y Costa de Marfil.
“La forma ciega y brutal de violencia no cesa de derramar sangre inocente en diferentes partes del mundo”, sostuvo. De esta manera, pidió para que con “la buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción una sociedad fraterna, respetuosa de la dignidad y los derechos de todos los ciudadanos”.
Con respecto a las crueldades que deben soportar los refugiados, el Papa sostuvo que “son una muchedumbre cada vez más grande de emigrantes – incluyendo muchos niños – que huyen de la guerra, el hambre, la pobreza y la injusticia social”.
Asimismo, Francisco imploró que se ablande “la dureza de nuestro corazón“. En relación a los conflictos en la zona del mediterráneo, instó a la necesidad de un “intercambio fecundo entre pueblos y culturas“. Por otra parte, pidió “que el Señor de la vida acompañe los esfuerzos para alcanzar una solución definitiva de la guerra en Ucrania” y que haya convivencia entre israelíes y palestinos en Tierra Santa.
