. *Por Pablo Menéndez. La chicana esta de moda en Gral. Alvarado, se hizo notar este fin de semana, cuando un candidato a concejal de Juntos, habló sin conocimiento de falta de insumos en la sala de Otamendi. Esto ya fue refutado por los mismos trabajadores de salud. Estas acciones de bajo vuelo es cuando la dirigencia política se divorcia de la sociedad. Con este tipo de declaraciones da la sensación que el aire fresco que tanto se pregona, no es tan así, y con esta toma de posición se terminan las palabrerías políticamente correctas.
Perón, en una entrevista de esas geniales que se le hicieran, y ante la pregunta del interlocutor, sobre una situación determinada, le respondió “hay que hablar más de ideas, menos de las cosas, y nada de los hombres”, pareciera que muchos no interpretaron esa frase, o directamente no la leyeron. No sólo Perón, hacia referencia de la palabra clave “Ideas”, Alfonsín, en su momento, también dijo algo semejante, cuando declaró “Sigan a las ideas, no sigan a los hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática.”.
Estos dos grandes lideres, planteaban en el fondo algo tan necesario y prioritario como debatir ideas, exponer proyectos, hablar de lo colectivo sobre lo individual, encontrar los canales de comunicación, y a través de estos caminos, converger en acuerdos, y soluciones para una sociedad que mira, y espera que los actores políticos estén a la altura de lo que representan, si esto no es así volveremos a estar en serios problemas.
General Alvarado no escapa a esta situación de enojo y divorcio entre la sociedad y la política. Como se retoma esta relación, la clave esta con políticos que discutan proyectos serios, responsables e integradores. Donde el eje este puesto en mejorar la calidad de todos los habitantes, y no en discusiones esteriles, como se viene escuchando.
Es necesario siempre tener una mirada retroactiva de las labores que hacemos, nos mejora como persona, y nos hace humano, y más aún cuando se ocupa lugares que afectan o benefician a un otro.
La idea de participar en política, desde el lugar que ocupa cada uno, aportar poco, o mucho, pero siempre con un respeto a las instituciones, y ante todo a la sociedad que los elige, y nos pone en ese lugar, el pueblo es el único soberano, y ante él uno debe responder.
Y como se logra, es a través de las ideas, de los proyectos, es más difícil, claro que si. Para muchos es más fácil, la chicana, la desacreditación, o el juzgar la actuación del otro. Sin embargo ese tipo de modalidad es lo que aleja de la política al transeúnte, al ciudadano, y por ende, le da la justificación a que la participación y el compromiso sea cada vez menor.
El camino de la credibilidad, es el que nos llevará a que la sociedad mire con otros ojos a la política. Lo demás es distanciarse, por esto, aunque sea una vez, tratemos de probar de hablar de ideas, por ahí se logra otro resultado.