El programa SAMA es un espacio municipal plenamente gratuito que incluye la prevención, orientación y tratamiento, donde se implementa un plan integral para atender las adicciones y sus problemáticas. Elrecado.net, de la ciudad de Miramar, entrevistó a una de las profesionales especializadas que forma el equipo de trabajo, la licenciada Sonia Herrero.
-¿En qué consiste el centro SAMA?
El servicio de atención a las adicciones de Gral. Alvarado, donde nos han convocado, hace seis años, a nosotros quienes somos de Mar del Plata para armar el servicio de atención de asistencia ambulatoria en adicciones, como así lo es en prevención. Hemos pasado por distintas etapas, luego de salir de la pandemia, tratamos de recuperar el trabajo que se realizan con charlas en distintos ámbitos. Este año, volvimos a distintas escuelas de Miramar, donde lo que pretendemos abordar es la problemática del uso de distintas drogas, es así que en estas charlas se habla principalmente de lo que las drogas le hacen al cerebro como así «de hablar de lo que no se habla».
-¿Cómo se trabaja en la asistencia al enfermo?
Lo que hacemos es un tratamiento con una carga horaria que es de todos los días por la tarde, y que básicamente se hace con la familia, ya que es imposible que una persona se recupere solo siendo un adicto. Lo que se hace en una primera entrevista es un diagnostico donde se evalúa si el tratamiento es el indicado y si no se indica un tratamiento de mayor intensidad o complejidad.
-¿Qué estrategias utilizan para abordar a una persona con adicciones?
La adicción es una enfermedad y nosotros la trabajamos como un trastorno primario que implica que la persona se comporta de un modo determinado, donde ha perdido los frenos y se maneja por puro impulso, no puede analizar o pensar a través de procesos simbólicos o sea utilizar su psiquis para poder evaluar que lo que esta haciendo le esta haciendo daño. Cuando decimos que el tratamiento es especializado, uno dice que nosotros sabemos que tenemos adelante a una persona que tiene una problemática pero no es un paciente, de esta manera esta persona escucha poco, entiende poco, ya que está bajo los efectos de la intoxicación crónica y que generalmente empiezan a consumir a lo once o doce años de edad. De esta manera llegan cuando ya están muy problematizados, ya que comienzan a consumir durante la adolescencia, es en esta etapa donde el cerebro está en desarrollo y es un momento en donde hay mucha neuroplasticidad cerebral, esto quiere decir que es una esponja- en términos de aprendizaje- donde el cerebro no está terminando de conectar las zonas mas viejas con las mas nuevas, y estas son las que nos hacen emocionales e impulsivos. Cuando entra la droga lo que hace es detener este desarrollo y esto implica que el cerebro no se pueda conectar bien, de esta manera el adicto va a tratar de manejarse impulsivamente, y la droga al ingresar hace cambios estructurales y funcionales donde todo se ve afectado. Tengamos en cuenta que la mente y psiquismo emergen como una función del sistema nervio central, por lo tanto si el cerebro está afectado, la mente está afectada, entonces las actitudes, las conductas, el pensamiento y los proyectos de vida todo estará afectado en la vida de un adicto.
-¿Cómo se manifiesta una persona adicta?
Cuando una persona afectada llega a nosotros uno lo que ve es a una persona atrapada en la enfermedad, de hecho no son ellos mismos, entonces uno lo que sabe es que lo primero que tenemos que hacer y como punto de partida es obtener la abstinencia absoluta de las drogas.
-¿Qué son las drogas?
Es el alcohol, la marihuana, la cocaína y todas las que hay en el mercado. Estamos en un momento donde hay mucha oferta de drogas y es así que nosotros apuntamos desde la prevención en la asistencia.
La droga en los adolescentes y jóvenes
Los chicos creen que para divertirse hay que consumir -analizó- y empiezan muy jóvenes, con un cerebro que no terminó de madurar. Con la droga se pierde la conciencia y a las fiestas ya llegan intoxicados, porque ya hicieron la previa, con alcohol y marihuana, en general.
La especialista describió que “el cerebro cambia y se rompen neuronas. No se dan cuenta de lo que hacen” y ejemplificó con varios de los casos de violencia de género que salieron a la luz en los últimos tiempos. agregó Herrero
¿Cómo esta compuesto el equipo de trabajo?
Todos somos profesionales especialistas en el tema, en mi caso yo soy Master en Drogadependencias y me doctoré en el tema de la marihuana en El Salvador, está el licenciado Jorge Horni, quienes los dos coordinamos el programa de tratamiento y del cual también lo estamos haciendo en Mar del Plata. A su vez nos acompaña la licenciada Gabriela Pagliardini, en la parte administrativa Andrea Cherioti y Analía Buono (Yoga). Mariano Bove que es el gestor de todo esto quien junto a esta gestión política armaron este servicio, que la verdad es uno de los pocos en toda la provincia.
-¿Qué resultados están viendo desde que se abrió en el año 2017 este centro?
La verdad estamos muy contentos, como te dije nosotros venimos de Mar del Plata y trabajando en el ámbito privado, venir aquí y trabajar en lo público nos pone muy felices ya que los resultados se están logrando, el trabajo es mayor a nivel social y estamos siendo un gran equipo.
¿Qué lugar ocupa la familia ante esta problemática?
En realidad la familia pasa a ocupar parte del tratamiento, aquí vienen todos los días, por ejemplo los miércoles a la mañana vemos a los familiares. Si el paciente no viene con algún familiar es un recurso desperdiciado ya que el paciente solo no va a volver, uno tiene que saber que el paciente lo que quiere es consumir, es así que hay que armar alianzas y estrategias en conjunto. La familia es parte importantísima del tratamiento ya que generalmente esta ha sido funcional a la enfermedad, por eso es muy importante integrarlos a esta problemática.
-¿De que manera la gente se puede acercar al centro de atención?
Se pueden acercar al CIC Barrio Marín en calle 5 y 52 de nuestra ciudad. Igualmente yo siempre digo que lo importante es trabajar el boca a boca, la difusión y promoción social es la mejor herramienta para afrontar este flagelo.