Por Pablo Menéndez.- “El que avisa no traiciona”, dice la frase. Y es justamente eso lo que quiero hacer hoy: avisar. Avisar que este cronista, que desde hace años camina, escucha y escribe sobre lo que pasa en Miramar y en nuestro distrito, no va a mirar para otro lado en este tiempo que se avecina. Porque se vienen meses de definiciones, de debates, de campañas. Y yo no voy a ser espectador.
No voy a estar al margen de lo que ocurre en nuestra ciudad. Porque hay mucho por decir, mucho por señalar y, sobre todo, mucho por construir. Vamos a hablar de lo que falta, de lo que duele, de lo que no se resuelve. Vamos a poner la lupa sobre esas pequeñas y grandes falencias que hacen que muchos vecinos sientan que todo sigue igual. Y también, por supuesto, vamos a abrir espacio para lo que sí se hace, para quienes trabajan día a día con compromiso real.
No se trata de pararse desde la queja fácil. Se trata de pensar si queremos una ciudad de 100 años o una ciudad preparada para los próximos 100. Porque no es lo mismo. Pensar en serio a futuro implica hablar de planificación, de orden, de desarrollo sostenible, de turismo bien gestionado, de oportunidades para los jóvenes y de respeto por los adultos mayores. Implica dejar de vivir de temporada en temporada, y empezar a construir un proyecto colectivo.
Este aviso no es una renuncia a la crónica, es una reafirmación de su sentido. Porque narrar la realidad no es repetir partes oficiales, sino animarse a interpretarla, cuestionarla y, cuando es necesario, señalar el camino. Lo vamos a hacer, como siempre, con respeto pero sin silencios cómplices. Quedan avisados. . Porque el que avisa, no traiciona