Como viene ocurriendo en los últimos fines de semana largos, el movimiento turístico en Miramar y el distrito volvió a mostrar cierta disparidad. Los locales gastronómicos tuvieron un flujo aceptable durante el jueves y viernes, con algo de movimiento en las horas del desayuno del sábado y un repunte hacia la tardecita y noche, especialmente el viernes y el sábado.
En cuanto al arribo de visitantes, se observó una mayor presencia de turistas que poseen propiedades en la ciudad, más que de huéspedes del sector hotelero, que según datos extraoficiales apenas habría rozado el 38% de ocupación.
Este panorama no sorprende si se tiene en cuenta el contexto económico actual, signado por la inestabilidad y la incertidumbre cambiaria —con un dólar que parece no tener valor fijo—, lo que complica la planificación de escapadas o estadías prolongadas.
De acuerdo a consultas realizadas por este portal, las reservas en casas y departamentos también muestran un comportamiento irregular: predominan las consultas por quincenas o semanas, y son muy pocos los que preguntan por períodos mensuales.
Con este escenario, Miramar y Mar del Sud entran de lleno en la etapa de pretemporada, donde será clave desplegar toda la creatividad y promoción posible para difundir los atractivos locales y sostener la expectativa de una buena temporada estival.
