Por Pablo Menéndez.-
El día 17 de Octubre de 1945, una masa de trabajadores, principalmente del sur de Buenos Aires, enfilaban hacia la histórica Plaza de Mayo a pedir por la liberación de Juan Perón, y desde ese instante la historia política Argentina ya no sería la misma.
Sin embargo, luego de setenta y un años de ese hito histórico, todavía hoy se debate, se discute a Perón, y al peronismo, y esto se realiza desde los ámbitos intelectuales, hasta en las mesas de café, todos tienen una mirada, una posición, y cuando digo todos, no es una metáfora, ya que podemos ver como hoy, sus seguidores constantemente se referencian en sus actos, en sus palabras, y en su forma de ver la política, pero también lo hacen los opositores, lo tienen presente en sus análisis, y posicionamiento políticos en diferentes aéreas, y fuera del ámbito político, también se estudia el peronismo, y Perón, desde la historia, pasando por la filosofía, y por otras aéreas auxiliares de las mismas.
Hoy, luego de tanto libros, palabras, y análisis, se sigue hablando de su figura, y de sus acciones, y dentro de estas, las distintas hipótesis contrafáctica que se hacen, cosa que no se debería realizar este tipo de posturas, pese a esto, podemos leer, como desde distintos sectores de la política más conservadores se sigue insistiendo que la “Causa Peronista” fue el que daño a nuestro país. Es raro estas miradas, cuando dejan en el olvido la década infame, que precedió al peronismo, o más aún cuando muchos dirigentes aplaudieron, y avalaron el golpe del 1955, y no se hace cargo de lo que se vivió en esos 18 años de proscripción.
Por eso, es justo decir que el peronismo surge por había una mayoría explotada, e invisibilizada por los poderes de ese momento, justamente después del 1930, donde hay un proceso político totalmente viciado, y donde la parte elitista de nuestra sociedad, hacían y deshacían a su criterio. El peronismo vino en ese momento a devolverle dignidad al trabajador, ni más ni menos.
Pero hoy, que pasa con el peronismo, pasa que esta invertebrado, con nichos de dirigentes que se endilgan ser parte del movimiento nacional, pero no procura de revisar desde su lugar, que la construcción individual no conduce a ningún puerto, y para poder lograr una estructura de poder, y con contenidos, hay que dejar los egos de lado, y debe primar lo colectivo, pensar en estrategia de conducción sobre la base de la suma de voluntades, y no digitar quien se suma o no, la exclusión de dirigentes nunca fue el mejor camino para la recuperación de un movimiento tan grande como el peronismo.
También es cierto que hemos leído ríos de tintas de Perón, de su ideología, de sus medidas de gobierno, pero hasta el día de hoy, no se lee, de ningún historiador, ni intelectual, ni de dirigentes políticos de la oposición hacerse cargo de los dieciocho años que dejaron en el exilio a un dirigente político, y por ende, sin líder al movimiento más importante de América del siglo XX.
Sería bueno, ya que se cumple setenta y un años del surgimiento del peronismo, que todos analizaran, y que no siempre se escapen por la tangente, y ver solo como que Perón es responsable de los males, o de las bondades de nuestro país, porque el mismo estuvo dieciocho años afuera del país, y ya hace cuarenta y dos años que ya partió, sin embargo con lo que uno lee, y escucha pareciera que todavía está entre nosotros.