Mientras el presidente Javier Milei aseguraba que “puede haber un gran batacazo” en la provincia de Buenos Aires, La Libertad Avanza realizó su primer congreso bonaerense en La Plata. El evento, con fuerte operativo policial, reunió a la plana mayor del espacio libertario y contó con la participación de figuras nacionales, provinciales y municipales. El cierre, a cargo del propio Milei, marcó un punto de inflexión de cara a lo que se viene: la conformación de una alianza política con el PRO para competir unidos en las elecciones del 7 de septiembre y el 26 de octubre.

En ese contexto, las declaraciones de Sebastián Pareja, principal armador de La Libertad Avanza en la provincia, resonaron con fuerza en los distritos del interior. En su mensaje, habló claramente de consolidar la conducción política en manos de los “violetas”, bajando la línea de un armado ordenado y con protagonismo pleno del espacio que llevó a Milei a la presidencia. Esa señal nacional no es menor para lo que se discute hoy en General Alvarado.

¿Qué lugar ocupará el PRO en el armado local?

Con estas definiciones sobre la mesa, la situación en nuestro distrito está al rojo vivo. El actual concejal y referente del PRO local, Sánchez Charro, se enfrenta a una encrucijada: ¿aceptará subordinarse a la conducción de La Libertad Avanza en General Alvarado? ¿O intentará resistir un acuerdo donde los violetas no solo buscan encabezar la lista de concejales, sino también quedarse con los dos primeros lugares?

Para algunos, esta decisión marcará el futuro del armado libertario-PRO en el distrito. La nueva conducción parece no dejar lugar a dobles comandos: o se acompaña el proyecto de Milei desde la estructura consolidada de LLA, o se queda fuera del nuevo esquema de poder que ya se puso en marcha desde La Plata.

En palabras de la diputada Patricia Vázquez, presente en el congreso, “es la primera vez que en la Provincia de Buenos Aires se plantea algo así. Se están poniendo en valor los temas que realmente le importan a la gente, con equipos preparados”. La señal es clara: hay conducción política, hay proyecto, y los lugares en las listas se ordenan desde esa lógica.