La reedición de la novela “Miramar” permite a Gloria abrir nuevas puertas en su escritura. Una narradora en primera persona, la experiencia de niña cuando su papá se enferma, el rol de su madre, la hija. “A las mujeres, a través de los siglos, nos han asignado listas de atributos para inmovilizarnos” dice la escritora.
Miramar es volver al mundo de Louisa May Alcott en Mujercitas. Es un informe médico que no causa tristeza. Es imaginar a estas mujeres, aunque el personaje que enferma es el padre de la narradora, levantando la mirada con fortaleza. Describiendo una foto de los padres, la voz narradora dice: “Ella, parecía haber interrumpido por un instante el retozo, contener la respiración jadeante, y también daba la impresión de querer retomar el impulso, salirse del cuadro”.
Una nena de 10 años asiste a la enfermedad del padre y la asimila como hacen los niños: mediante el juego. En un relato construido con recetas médicas, idas y vueltas en el tiempo, la casa en la playa, la relación entre hermanos, padres e hijos. Es la nueva novela de Gloria Peirano, escritora, guionista y ahora también directora de cine, que Alfaguara reedita.
“Las casas de vacaciones son la cosa más triste del mundo –razona la protagonista de Miramar, primera novela de Gloria Peirano–. Son tristes aún en la niñez, cuando las llegadas y las partidas se deciden en otras esferas”. El recorrido de Miramar comenzó en 2007, al obtener la segunda mención en el Premio de Nueva Novela de Página/12, el mismo año en que Aurora Venturini ganó con Las primas.
Luego de recibir una mención en un concurso del Fondo Nacional de las Artes, se publicó en 2012 en el sello El Fin de la Noche. Desde este año, cobra nuevo impulso al ser reeditada por Alfaguara, que en febrero de 2019 había dado a conocer la elogiada novela La ruta de los hospitales, otra de las historias narradas con vulnerabilidad controlada por la escritora.
Protagonizada por Victoria, la novela enlaza escenas de historias de amor de destino incierto: la de ella y su expareja, Miguel; la de ella y su padre, Rafael, que ha muerto hace décadas; la de su padre y su madre, y la historia de amor secreto entre Rafael y una adolescente.
La novela reserva escenas memorables, como cuando por pedido de su hija el padre moribundo se traviste para interpretar a Beth, la hermana de la voluntariosa Jo March, de Mujercitas, o cuando la protagonista, que acaba de perder a su padre, padece los festejos por el triunfo de la selección argentina de fútbol contra la de Holanda, en el sombrío Mundial de 1978. Imagen: Alejandra Lopez